En los últimos tiempos el parque móvil de caravanas y autocaravanas se ha incrementado notablemente en nuestro país y, de manera paralela a la creciente popularidad de esta forma de desplazarse, los españoles han cambiado su percepción sobre este tipo de turismo. Si bien antes existía la creencia generalizada de que el caravaning era una afición barata y una alternativa vacacional para aquellos que no podían costearse una estancia en un hotel, hoy en día sabemos que desplazarse en caravana es mucho más que es eso: es un modo de viajar que garantiza total libertad e independencia, ofrece la posibilidad de disfrutar al máximo de la naturaleza y permite incorporar todos los extras y complementos que consideremos oportunos para nuestra comodidad.

Así que aunque ahora veamos caravanas, autocaravanas y campers en casi cualquier lugar, conducidas por personas de todas las edades, la realidad es que el caravaning no es, ni mucho menos, una afición nueva. Al contrario, las primeras referencias al caravaning como actividad ocio-turística datan de principios del siglo XX, cuando comenzó a desarrollarse dentro de los clubes campistas de Reino Unido y Francia.

Después, en la década de los ‘40, los surfistas estadounidenses popularizaron las caravanas como un medio de transporte cómodo y económico para usarlo como vivienda en la playa mientras practicaban su deporte preferido.

La irrupción de la autocaravana no se produciría hasta finales de los años 70 y su popularización trajo consigo un incremento del turismo itinerante en Europa, dentro y fuera de los campings. El afán por mejorar el confort de las caravanas y autocaravanas traería consigo la fabricación de las casas móviles, que surgen en los años 80 en Inglaterra.

El caravaning en nuestro país se manifestó primeramente en Cataluña durante los años 50, por ser el principal destino receptor de los aficionados europeos. Entre los años 60 y 70, la actividad campista se expande al resto del territorio nacional, consolidándose en la década de los ’80. En los últimos años, el desarrollo de una oferta heterogénea y la expansión del mercado de autocaravanas de ocasión con distintos equipamientos y precios, accesibles a diferentes perfiles de usuario ha permitido que el caravaning sea una afición cada vez más extendida y plural.