La comunidad de Madrid es una caja de sorpresas. Castillos, senderos y grandes masas bosquosas hacen de  su territorio  un lugar  muy sorprendente.

Poco lugares vamos a encontrar más atractivos que Buitrago de Lozoya.

Nada más dejar la autopista entramos en un lugar mágido. El pueblo ofrece grandes dosis de naturaleza, con miradores, rutas y bosques, pero también de cultura.

Esta villa amurallada puede presumir de un museo Picasso, un maravilla inimaginable en un pueblo de la sierra, pero una realidad al fin y al cabo. La razón es Eugenio Arias, un barbero natural del pueblo que se convirtió en uno de los mejores amigos del malagueño, que durante su vida le obsequió con numerosas obras de arte que a su muerte donó al pueblo.

Además, el casco urbano del pueblo y su buena gastronomía ayudarán a rematar el viaje, como también la arquitectura medieval que adorna sus calles. Las murallas medievales que circundan Buitrago de Lozoya delatan un rico pasado histórico del que es imposible cansarse.

Si buscamos un pueblo coqueto, la mejor opción puede ser Madarcos. Puede ser una buena base de operaciones para descubrir  muchas  posibilidades de ocio en la naturaleza, con hayedos como el de Tejeda Negra y múltiples rutas a través de los frondosos senderos que nos ofrecen una atractiva panorámica de lo que nos ofrece la sierra norte de Madrid.

Pero, además de la típica arquitectura medieval popular de la villa, tenemos opciones como la fiesta de Madarcos Ayer y Hoy, que propone recuperar tradiciones, desde gastronómicas hasta culturales, como hacer cosquillas, exponer utensilios de labranza en el campo, objetos y utensilios de otra época, que delatan un verdadero intento de aprovechar y recuperar las raíces de Madarcos y los pueblos circundantes. Tiene lugar cada 4 de octubre.

Si buscamos un escenario  que integra la naturaleza y la historia siempre podemos acercanos a Manzanares el Real. Además de  maravillosas rutas y miradores de La Pedriza y el embalse de Santillana, ofrece visitas al castillo de Los Mendoza, donde también se realizan representaciones teatrales, y visitas guiadas por una villa que cuida especialmente los contenidos culturales tanto para turistas ocasionales como para sus propios habitantes.

Su castillo está considerado el mejor conservado de toda la Comunidad de Madrid, de modo que ofrece una contundente dosis de arquitectura y cultura a sus visitantes, que apenas tendrán que imaginar nada.

Robledillo de la Jara puede presumir de un museo como el de las Formas de Vida del Pasado, que muestra distintos oficios tradicionales que constituían el sustento económico y sostenían la estructura social de este pueblo y los circundantes: pastoreo, herrería, panadería o apicultura.

Los carboneros aquí también tienen mucho que decir. En otros pueblos circundantes encontramos museos de similar factor como el del agua y juegos (El Berrueco), el museo del aula geológica (Patones de Abajo), el de la fragua (Paredes de Buitrago) y las eras (El Atazar)…