Aunque el invierno está siendo muy suave, cuando llega el frío, lo hace para quedarse. Y puede que al final no sea para siempre, pero el largo invierno  puede hacerse muy largo.

Al volante de un vehículo con dimensiones especiales como nuestras autocaravanas, podemos encontrarnos ante situaciones complicadas debido a las bajas temperaturas u otros elementos asociados a la climatología invernal: niebla, lluvia, nieve… también la noche, que en este mes alcanza todavía  grandes duraciones.

El exceso de animales en las cercanías de las carreteras es un peligro evidente. Evidentemente, la conjunción de todos estos factores puede ser fatal pero, afortunadamente, hay maneras de disminuir el peligro y que todo quede en menos que un susto.

Muchos problemas de este tipo ocurren en este mes porque en febrero. El cruel invierno alcanza su culminación para empezar a decaer, pero se trata de una época en la que por diversas circunstancias se producen conductas y comportamientos animales que podrían requerir un extra de cuidado para que no deriven en un accidente de tráfico. El inicio del deshielo o la falta de pastos en altura  obliga a muchos mamíferos a la busca de refugio y comida en las zonas cercanas a los pueblos y consecuentemente en zonas cercanas a la carreteras y zonas de estacionamiento.  Los siniestros ocasionados por animales han aumentado en 2021 nada menos que un 25% respecto el año anterior.

Tras la pandemia, a pesar de los elevados precios del carburante,  el tráfico aumenta y los animales secundarios y las carreteras secundarias vuelven a llevarse más bien mal. En los trazados más revirados y antiguos es donde se producen la mayor parte de los percances. Y en el mes de febrero, cuando más abandonos de perros se producen debido al final de la temporada de caza, se disparan los atropellos de esos animales. Las camper y las autocaravanas   no son los mejores vehículos para esquivas  las posibles sorpresas en la carretera.

Con los gatos, otro animal doméstico, ocurre otra circunstancia: estos pequeños felinos se refugian bajo las ruedas del coche o en los bajos del motor por la noche, para protegerse del frío. Puede bastar dar unos golpes en el capó para provocar su huída e iniciar el viaje de forma segura, para el animal y para nosotros.

Indudablemente  con los animales de mayor tamaño, los problemas aumentan.  Por suerte el ganado ovino y vacuno están cada vez más estabulados. Los animales salvajes también pueden ser un problema, sobre todo por las noches.  Todavía, en vías heladas o en umbrías se e esparce sal o productos que atraen a los animales como si fueran una golosina. Esta medida tan necesaria puede causar el efecto llamada para cabras, caballos, vacas, ciervos… que se acercan para lamer esta sustancia del asfalto.

Por lo tanto, en épocas de nieve y heladas hay que extremar la precaución por este lado. Si es de noche, los jabalíes son los causantes de lel 43% de los accidentes con animales: en esta época cruzan las carreteras con frecuencia, y además lo hacen en grupo, por lo que si divisamos uno probablemente haya varios en los alrededores. Al anochecer y al amanecer, si topamos con un animal lo más probable es que sea un corzo, sobre todo en zonas boscosas que cruzan la carretera sin detenerse con nuestras luces. 

La manera de evitar tragedias es aumentar nuestra precaución por la noche, aumentando la distancia de seguridad y reduciendo la velocidad, además de cuidar las luces y limpiaparabrisas de nuestro vehículo. No está de más observar los laterales de la calzada, de donde salen los animales, y muy importante: apagar las luces largas si divisamos un animal para no deslumbrarlo y paralizarlo. Lo mismo ocurre con el claxon, que lo asusta y genera reacciones inesperadas. Conducir con paciencia, suele aumentar nuestra carga de seguridad.